19.2.13

LA CONTRARREFORMA DEL GOBIERNO

             
Tendremos que concluir que ‘el eterno retorno’ de Nietzsche tenía su parte de razón. Y al igual que en mi último blog ponía de manifiesto las similitudes que llevaron a los franceses a hacer su Revolución de 1789, tomar la Bastilla y desalojar Versalles, también creo que las reformas actuales en Europa  responden a un espíritu similar al que llevó al Papado a la oscurantista y cruenta aventura de la Contrarreforma entre 1560 y el fin de la Guerra de los Treinta Años en 1648.
         El Papado hoy en Europa es el Capital financiero de bancos y corporaciones, que tiene como adalides a la mayoría de los gobiernos conservadores del Continente. La Contrarreforma eclesiástica tenía como finalidad combatir la rebeldía luterana que se había enfrentado a una Iglesia corrompida con sus propuestas de libre interpretación de los textos sagrados y su independencia de Roma entre otras. ¿Y quiénes serían hoy los luteranos o protestantes? Sin duda que todas las fuerzas democráticas que desde la Segunda Guerra habían conseguido derechos y libertades para la ciudadanía como jamás antes se habían logrado. Tanto los sindicatos como los movimientos estudiantiles, las feministas, las fuerzas políticas progresistas, los pacifistas, los movimientos sociales, los ecologistas  y el movimiento obrero en general.
         La Contrarreforma de hoy comienza con una Crisis provocada, que no terminará hasta que consigan llevarnos al punto cero del sometimiento y la penuria. Cuando los trabajadores pierdan sus derechos conquistados, cuando todo lo público sea privatizado, cuando la educación y la sanidad sean un lujo sólo para potentados, cuando la democracia sea un simple eufemismo, nos anunciarán a bombo y platillo que la Crisis ha terminado. Al igual que en aquel tiempo, después de una guerra de treinta años en la que se reconquistaron las dos terceras partes de Europa para Roma, sometidas al Papado, ahora terminarán su Contrarreforma cuando nuestros derechos sean abolidos.
         Un elemento importante de aquella Contrarreforma fue la comprometida intervención de la España Imperial, de la Católica España en el triunfo definitivo del Papado. Los Tercios de Flandes y las nuevas órdenes religiosas constituyeron la punta de lanza de la regresión europea. Aquella Contrarreforma introdujo un ambiente oscurantista y policíaco que en España ha sobrevivido de modo tanto folklórico como real. El culto exuberante a santos y vírgenes, el nacimiento de cofradías y hermandades, el control de los individuos a través de la confesión, el índice de libros prohibidos, las múltiples fundaciones de órdenes religiosas, la conversión a machamartillo de los indios de la América hispana, la caza de brujas, el dispendio del barroco… en fin, una serie de elementos que han pasado a formar parte de nuestra idiosincrasia política y popular. También la Contrarreforma nos regaló la lucha contra la Ciencia y la condena de Galileo.
         Pues bien, el Gobierno actual del PP sigue al pie de la letra un programa contrarreformista, que nada tiene que ver con nuestra superación de la Crisis, sino que se vale de ésta como disculpa recurrente de lo que constituye su verdadera ideología. Quiere una España similar a la de los caciques y terratenientes con muchos vasallos a su servicio que no necesitan de una educación profesional más allá de lo básico para emplearse en los supercasinos mafiosos; quieren unos súbditos sometidos con leyes que condenan las manifestaciones o la resistencia pasiva; quieren una justicia para quien la pueda pagar y no para quien la necesite; quieren unas corporaciones poderosas que impongan trabajo esclavo; una educación confesional, unas mujeres sumisas a los hombres y a su anatomía, unos políticos vendidos y comparsas, unos sindicatos desactivados y una población temerosa y dócil a sus mandatos. No necesitan ningún Ptolomeo, ningún Galileo que haga avanzar la Ciencia y combatir la barbarie.
         Y aquellos que no quieran someterse, aquellos que no tengan cabida en esta sociedad injusta, aquellos que quieran una vida más digna –al igual que entonces- tendrán que enrolarse en los barcos que navegan hacia Eldorado. Allí morirán o triunfarán, da igual, porque aquí sobran.
         Lo terrible es que la Historia se repite. Nuestros ‘demonios familiares’ nunca se fueron del todo. Se escondían agazapados esperando su hora.

3 comentarios:

Maite dijo...

Victoria, como siempre, es un placer leerte. Pero, ¿como va a sobrevivir el capitalismo sin ese ejército de consumidores que hasta ahora abarrotaba el mercado? Es una pescadilla que se muerde la cola. Con sueldos de esclavos no se pueden pagar viviendas, ni coches, ni ropa, y así un largo etc,.¿ O acaso la cada vez más minoritaria clase acomodada será suficiente? Si tienes una respuesta me gustaría saberla, porque a mi se me escapa completamente. Por lo demás, me ha encantado tu argumento comparativo. Gracias por tu aportación. Maite

Anónimo dijo...

Aunque el análisis no abarca la realidd total y se refiere basicamente a la socio económica, a mi no me ha dado la impresión de un argumento comparativo, sino el diagnóstico de la necesidad de un nuevo paradigma (aunque no aluda a eso) que va más allá del hecho de las diferencias que puedan sobrevenir de una concepción capitalista o neoliberal de nuestra sociedad.
Lo difícil es mantener la esperanza porque no parecen tiempos estos para una revolución al estilo clásico. Quiero decir que si en la época de la Revolución Francesa Luis XVI hubiera dispuesto simplemente de dos docenas de ametralladoras (sin necesidad de armamento más sofisticado) no se hubiera tomado la Bastilla.
¿Seremos capaces de cambiar de paradigma?

La Bruja Avería dijo...

Es sorprendente que analices una evolución histórica desde un fenómeno religioso hasta otro que sólo tiene apariencia de religioso, o sea, de dogma, forzándolo mucho. Y me sorprende mucho más, en tanto en cuanto tenéis tan fácil hacerlo de un dogma a otro dogma, y religioso.

¿El Papado ha sido sustituído por "el capital financiero"? ¡Por el amor de Dios, y nunca mejor dicho! La influencia, en todos los órdenes, que tuvo el Papado sobre los individuos, y también sobre los gobiernos, está siendo sustituído por EL IMANATO. Es que las similitudes son tan impresionantes que no llego a entender que no las veáis!

¿El capital financiero quiere unas mujeres sumisas? ¿Para qué, si las mujeres no sumisas consumen de maravilla? Dices "mujeres sumisas a los hombres y a su anatomía", y no sé si es una errata, y querías decir "autonomía", pero me viene bien la presunta errata, porque evoca el mandato patriarcal sobre nuestras anatomías, ora destapándolas, ora ocultándolas. ¿No te sugiere nada, algo muy actual?

¿De verdad no lo véis, no se os ponen los pelos de punta? Y es curioso, porque en este tema resultáis ser curiosamente liberales, justo en un tema en el que yo no lo soy, y hablo de ese liberalismo llevado al extremo, el de la no intervención de las autoridades, el del laissez-faire más ortodoxo.

Y, abundando en mi pasmo, os apuntáis a la teoría más tradicionalista y folklórica del "¡Anda y no lo menées, ¡vaya a ser que lo empeoremos!" Un poner: mujeres que, ¡oyes!, tan a gustico que las vemos con sus velos, sus burkas y sus cositas, ¿se lo vamos a prohibir? Bien, no, prohibírselo, así a lo bruto, pues no, ¡pero tampoco lo normalicemos ni lo legitimemos! Yo también las he visto tan contentas, ellas, pero no creo que a unas marxistas de pro tenga que explicarles lo de la alienación, alienadas felices, como esos obreros felices de la propaganda de los regímenes totalitarios, fascistas y también, ¡ups!, comunistas.

Prohibir que circulen por la calle con sus símbolos de sumisión, pues no, vale, pero obligarlas a despojarse de ellos cuando entren en un recinto público, ¡totalmente legítimo!, pero ya no tanto por el gusto de obligar, sino por deslegitimar lo que no es legítimo, ni normalizar lo que no es normal, al menos en una sociedad civiizada. Si toleramos, legitimamos, y si legitimamos socialmente, imposibilitamos la percepción de su propias alienación a las propias alienadas. Si se niegan a desprenderse de los símbolos de su alienación, ¿les decimos que aquí sobran, que mejor se vayan a otro sitio donde se vea con buenos ojos la "práctica", o montamos un pollo indignado exigiendo, muy progresista y feminísticamente, que las permitan disfrutar de su burkita?

Y luego, que os hayáis apuntado al argumento de que, si prohibimos, las van a enclaustrar en casa, y va a ser peor...¡Madre del Amor Hermoso! ¡O sea, que también legitimamos, de facto, el secuestro así que, en lugar de ir contra los secuestradores, pedimos sumisión a las potenciales secuestradas!

¿Ambiente oscurantista y policíaco? En Cataluña, un imán ha creado unas brigadas de la moral, y a más de una mujer han reconvenido en plena calle, y si no tragaba, golpeado, por no llevar el velo. Otra mujer abortó a consecuencia de la paliza que recibió de un hombre y una mujer musulmanes por no llevar el velo...O sea, una caza de brujas de libro.

¿Qué, nada que comentar, hermanas, o primas? Pues que sepáis que, con vuestro silencio cómplice, os convertís en CONTRARREFORMISTAS. Sí, porque combatís, por defecto, la rebeldía de las mujeres musulmanas y sus propuestas de libre interpretación de los libros sagrados, una de las cuales es negar que el velo sea un símbolo religioso. Así que, curiosamente, tienen que llevarlo por una presión ambiental que vosotras no combatís y a la vez las dejáis con el pompis al aire.

Pues guay.