24.5.12

AUDITORÍA POLÍTICA

AUDITORÍA POLÍTICA Da la impresión de que toda esta crisis, esta colosal tomadura de pelo, se redujera a hacer cuentas y más cuentas para comprobar cuánto nos pueden recortar en servicios públicos y cuántos miles de millones de euros hay que seguir inyectando a los bancos en quiebra, incluyendo las espectaculares gratificaciones a los directivos causantes del desastre. Nos están tocando las narices pero bien. El primero que nos ha timado es el Director del Banco de España que, por lo visto, no se ha enterado de nada hasta que lo ha leído en los periódicos. Ahora han contratado a técnicos de Oliver Wyman y de Golmand Sachs para que calibren la sangría que nos va a costar Bankia, pero ya conocemos a estas dos empresas financieras por sus fiascos y mentiras varias, además de estar en el origen de las ‘subprimes’. Es todo mentira, y sólo van a certificar el dinero que han decidido entregar a Bankia para que se lo lleven crudo sus grandes accionistas. No más teatro, señor De Guindos. Si a esto le añadimos el ataque a la democracia exculpando al señor Dívar, Presidente del CGPJ; a Botín con su deuda millonaria al fisco, y a varios piratas empresariales y potentados defraudadores, quiere decir que la transición a la democracia ha finalizado con el colapso de la misma. Mientras tanto, Garzón condenado por prevaricación, gracias a un tribunal de prevaricadores en su mayoría. La privatización de la sanidad pública va a unas velocidades de vértigo, pues les van a entregar la gestión de los hospitales de ciertas comunidades a una empresa cuyo gerente es el marido de la Cospedal y cuya sede social está ¡nada menos! que en Luxemburgo, paraíso fiscal donde los haya. Respecto a la educación, ya vemos las intenciones de convertir este país en la mayor concentración de camareros, azafatas y recogepelotas. El Reino de España va a terminar convertido en el reino de los parques temáticos, más cuando se consolide el Eurovegas, que termine por arruinarnos y degradar todavía más si cabe. Por favor, españolitas/itos, no se despisten: ésta es una crisis política. Un gran contubernio para cambiar el modelo de democracia y bienestar que tanto les molesta. Vamos hacia una sociedad feudal, con una clase aristocrática con sus ejércitos, pajes y feudos. Los demás, siervos de la gleba. No queremos más auditorías económicas, pruebas de stress y primas de riesgo. Lo que necesitamos es una gran auditoría política para averiguar realmente qué pretenden, quién está detrás de todo esto, cuál es el poder que nos gobierna, por qué han decidido hundirnos y qué va a ser de nosotros en un futuro que ya es presente. No podemos seguir tolerando que las leyes económicas del señor Friedman se nos impongan como si fueran leyes naturales inamovibles. Y esa auditoría política que propongo sólo puede hacerla el pueblo soberano, que es en quien reside el poder, todo el poder. Si los partidos políticos quieren pintar algo, que se vayan disolviendo y empecemos de nuevo. ¿Los sindicatos de clase? ¿Eso qué es? No necesitamos tutores para ejercer nuestra libertad y nuestro poder, que es mucho. Lo malo es que no nos lo creemos. Vamos a ponerlo en práctica. ¿Cómo? Eso para el próximo artículo.