22.6.08

EL PUEBLO SOBERANO

Cuando contemplo esos fastos que monta la política espectáculo, es decir, los fastos de los partidos políticos, me siento una cucaracha a lo Gregorio Samsa. ¡Qué fastuosidad la de los fastos! ¡Qué de pasta gansa para presentar a los representantes y cargos encargados del partido! Tras el anonadamiento viene el pensamiento, y evoco entonces a Guy Debord: “Los métodos de la democracia espectacular son de una gran flexibilidad, al contrario de la simple brutalidad de la imposición totalitaria”. La demagogia democrática se utiliza para dar confianza a los crédulos y apabullar a los no creyentes, una demagogia sustentada en la dedocracia. Es tal la inflación actual de los partidos políticos que empiezan a darme miedo.

Los tres poderes en los que se sustenta todo Estado de derecho, fueron implementados por un cuarto poder destinado a controlarlos, de modo que cada uno de ellos se mantuviera independiente de los otros dos: los medios de comunicación. Desde que estos perdieron su independencia y pasaron a formar parte de grandes corporaciones con claros intereses de influencia y crematísticos, el pueblo soberano se ha quedado sin valedores.

¿Dónde situar las grandes maquinarias de los partidos en esta coyuntura? No lo sé. Empieza a tratarse de una intrincada red de tráfico de influencias, de oficina de empleo, de agentes de autofinanciación partidaria y de salvadidas personal en épocas de crisis. Tal vez haya llegado el momento de dar voz al QUINTO PODER: el pueblo soberano. ¿Cómo controlar a los controladores, a los hacedores de destinos, a los representantes “legítimamente” elegidos? ¿Cómo desenmascarar la partidocracia?

Visto lo visto, tampoco creo que los ciudadanos de a pie seríamos mejores administrando la “res publica”, pero sí podríamos exigir unas leyes de auténtico control de la democracia, sin cajas B, sin contradicciones tan flagrantes como promulgar una Ley de Igualdad entre mujeres y hombres, pero no entre negros y blancos, foráneos e indígenas. ¿Cómo se puede votar en Europa y con Europa lo contrario de lo que aquí se legaliza? ¿No beneficia la paridad, por ejemplo, a las mujeres de los partidos y de las grandes empresas mientras se condena a la indefensión durante 18 meses a gentes cuyo único delito es el hambre? ¿No tienen ellos derecho a una justicia paritaria? Y tampoco es que los “negritos” sean los buenos y nosotros los malos, no. Mientras los seres humanos seamos esclavos de nuestras bajas pasiones, de la ambición, de la violencia, de nuestro egoísmo o egolatría, ninguno tendremos capacidad para gobernar justamente. Sólo podemos hacer una cosa: Exigir otras reglas del juego, de las que a su vez podamos también exigir que se cumplan: para todos. Asumir en profundidad nuestros derechos como ciudadanía consciente, pero también nuestros deberes. ¿Me he explicado? ¿O es un galimatías?

Cuando vuelva de mi viaje, tal vez tenga las ideas más claras.

CASANDRA

15.6.08

SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ

Hace tiempo que me pasé de EL PAÍS a PÚBLICO por simple coherencia. No soporto esas páginas de “contactos”, que no constituyen más que un eufemismo repugnante que sustituye o dulcifica la pura y dura “explotación sexual”. A pesar de ello, los domingos compro EL PAÍS por los artículos de Soledad Gallego-Díaz, de quien me encanta ese ojo clínico para diseccionar la realidad. Realmente va al meollo de los problemas del mundo y de nuestro país, de los verdaderos problemas, sin enredarse en vagas fruslerías, comentarios ocurrentes o parcialidades sin importancia. Es una periodista de raza y no una simple asalariada de la noticia. Su conciencia no le permite perderse entre los árboles, sobrevolando y aterrizando siempre en el bosque de lo real para que lo veamos, para que nos enteremos de lo que importa y no de la supuesta urgencia del día a día.

Lo que me sorprende es que en un periódico tan “importante” tenga el arrojo de titular genéricamente sus artículos bajo el epígrafe de “PALABRA DE MUJER”. No se proclama feminista ni falta que hace, pero ese es el feminismo periodístico que necesitamos: el de escribir desde la lucidez y la compasión de una mujer que no se casa con nadie, sino que pone el dedo en la herida para curar, para dar soluciones, para poner en un brete a los responsables de tanta miseria como la que desgarra nuestro actual mundo. El de este domingo (15-6-2008) nos muestra claramente cómo la solución de tantos y tantos problemas que nos parecen insolubles pasa por facilísimas decisiones políticas, que no se toman porque existe entre esa casta una clara apuesta por el enriquecimiento de unos pocos y la sumisión de los muchos.

Gracias, Soledad, imagino que tu propio nombre, o tu nombre propio, simboliza la soledad de toda persona inteligente y honesta que utiliza la palabra como una proclama de la gran política que necesitamos.

CASANDRA

13.6.08

EL PINCHAZO DE EUROPA

EL PINCHAZO DE EUROPA

No es simplemente que Irlanda haya votado NO al Tratado de Lisboa, es que ha votado NO a ESTA EUROPA. Me alegro ¿Por qué disimular? Y no es que yo sea una anti-sistema, pero sí una anti-(este) sistema. Lo que alegan los irlandeses interrogados es que nadie sabía en qué consiste este Tratado y cómo les afectará a sus vidas. Lo que alegan es que esta nueva Constitución Europea está envuelta en el más flagrante oscurantismo político, porque ni el Gobierno ni los parlamentarios han explicado nada de nada, a ver si colaba. Y no ha colado.


Esta Europa social de mercado puede suponer las 60 horas de trabajo semanales de Sarko, el encierro “guantanamero” de 18 meses de indefensión de los inmigrantes sin papeles, la deslocalización de fábricas cuyos accionistas quieren obtener más beneficios con trabajadores-esclavos asiáticos o latinoamericanos, las leyes blindaje de los enjuagues mafiosos de Berlusconi, la privatización masiva de nuestro patrimonio industrial, sanitario, cultural; los sueldos multimillonarios de parlamentarios, asesores, funcionarios de alto “standing”, sindicalistas de idem, directores y ejecutivos de empresa por más crisis económica que haya. Precios abusivos de los carburantes, de la luz, de los productos básicos, de las hipotecas…. Ganancias obscenas de los bancos, de las inmobiliarias, de los intermediarios, de las multinacionales del grano, de los piensos, de las semillas. Si a esto le añadimos el apoyo europeo a la guerra contra Iraq, los 15.000 millones de dólares esfumados como ayuda a Afganistán, que sigue en el mismo atraso, en la misma pobreza, en la misma ignorancia, en la misma violencia… es como para votar que NO. Algo que nosotros no tendremos la oportunidad de hacer porque para eso están los políticos, que no van al Parlamento cuando hay fútbol, cuando se van a tomar un cafelito, cuando pasan del tema, cuando maquinan más y más poder en las cavas de la inmoralidad más impune. Generalizo porque el lenguaje es así, aunque salvo las excepciones. Ojalá hubiera muchas.

Una burbuja más que se pincha: la burbuja Europa. Y quedan otras cuantas.

CASANDRA

10.6.08

EL FEMINISMO EN TIEMPOS DE CRISIS

Por más que existan muchos feminismos (“¡Laus Dea!”) lo primero que deberíamos intentar en tiempos de crisis es la unión en la diversidad. Se trata de abrir muchos frentes pero con un objetivo: superar este modelo de sociedad.

Partir del análisis del Patriarcado supone entender que se trata de un modelo de dominación en el que se han desarrollado modalidades varias: esclavismo, tiranías, imperios, teocracias, satrapías, sociedad de castas, feudalismo, capitalismo, comunismo (o capitalismo de Estado), capitalismo financiero (el de ahora), globalización, pensamiento único…. No salimos de lo mismo.

Cuando la crisis económica argentina del “corralito”, la gente salió a la calle, se organizaron, tomaron fábricas, echaron a cuatro o cinco presidentes, proliferaron los movimientos asamblearios….., sin embargo, las feministas se quedaron sin discurso porque ¿a quién le iba a interesar en ese momento el aborto o la paridad cuando clamaban ¡que se vayan todos!? Era necesario un análisis radical –de ir a las raíces- que no existía.

Aquí llamamos democracia radical a ir a la guerra contra Irak, por ejemplo, si está respaldada por una resolución de la ONU: entonces sería una guerra democrática. ¡Estupendo! cuando para superar el Patriarcado habría que “desterrar la guerra de la Historia”, como proponen las “Mujeres de negro”. Llamamos democracia radical a conseguir la paridad, aunque las paritarias sean señoras a quienes el feminismo les trae sin cuidado. El otro día recibí la convocatoria de una Consejera para un Congreso sobre gestión cultural en el que sus ocho ponentes eran señores, en un tema en el que abundan las comisarias de arte, gestoras del turismo cultural, directoras de galerías, etc. La señora cuota se lució. Nosotras las aupamos y ellas hacen de su capa un sayo.

El sistema dominador del Patriarcado se ha centrado en tres objetivos: la subordinación de la mujer, la posesión de la Tierra con sus recursos, y la proliferación de la guerra por doquier. España, tan democrática, es uno de los países fabricantes de armas más activos, pero como da dinero y puestos de trabajo….¡eso es sagrado! Hemos esquilmado las costas, el paisaje, las ciudades, pero como da dinero y puestos de trabajo… ¡adelante! Cuando decimos pomposamente que contribuimos al desarrollo de los pueblos emergentes, damos créditos FAD que no hacen más que endeudar a los países receptores y son un escándalo silenciado. Nos suben los recibos de la luz porque ha sido privatizada, pero señores como el Pizarro se llevan 2.000 millones (de pesetas) al retirarse. ¿Estamos pagando la luz o retiros multimillonarios? Mientras cunde la crisis por toda Europa, nuestros congéneres andan enloquecidos con la Liga europea de fútbol, un sucedáneo de las guerritas varias. Los principios sagrados de esta democracia ya no nos sirven.

En definitiva, y no me quiero alargar, si no cuestionamos el modelo patriarcal, esto seguirá así indefinidamente. La igualdad según el modelo masculino no supone el “summun” de la democracia. Ahí tenemos a nuestras jovencitas plegándose sin rechistar a las exigencias de la sexualidad masculina porque creen que eso es la liberación, lo más guay y lo que tiene que ser: paridad. Y que conste que no estoy contra la paridad, pero según unos principios que no se han planteado. Continuará….

CASANDRA

1.6.08

¿DÓNDE ESTÁN AQUELLAS FEMINISTAS....?

Hola, “Anónima”, siento no poder dirigirme a ti con nombre propio, pero mi no-respuesta, que te pareció muy significativa, me la guardé para hacer algo más extenso.

Me preguntabas en tu “post” que dónde habían ido a parar aquellas aguerridas feministas de la transición. Bueno, yo soy una de ellas y sigo en la brecha, pero no soy más que un grano de arena entre las dunas esparcidas por el mundo. Han pasado muchas cosas y, entre otras, que las circunstancias del mundo han cambiado profundamente y los modos de hacer política se han diversificado. Porque el feminismo, no lo dudes, es un modo de hacer política, aunque diferente. Diferente ¿de qué o de quién? Pues, por ejemplo, de los partidos, sindicatos, etc.

Yo creo que el feminismo se extendió por el mundo como una mancha de aceite, impregnando (o pringando, como algunos lo sienten) las instituciones, el mundo del trabajo, las universidades, la cooperación al desarrollo, las perspectivas de la propia sanidad, las relaciones con los varones, la educación, la vida cotidiana, la sexualidad y hasta el “sí-misma” de cada una de las implicadas. Lo que pasa es que, como en todo movimiento, existe un feminismo reformista y otro radical. Al reformista le debemos el cambio de las leyes, la coeducación, mayor atención presupuestaria a proyectos de o para mujeres, la paridad, la implicación de las instituciones, los estudios de género, los eventos culturales que tienen como centro a la mujer….., en fin, un montón de logros muy loables. Si no existiera, habría que inventarlo. Pero ¿y el feminismo radical? ¿Qué fue de él? (No entender como feminismo radical la sección femenina de los partidos o grupos de la izquierda “radical”)

El feminismo radical se plantea el modelo mismo de mundo porque parte de un cuestionamiento del Patriarcado, que atañe a todos los aspectos relativos al ser humano, mientras que el reformista ataca a sus síntomas, es decir, al machismo. El reformista, al estar aliado con las propias instituciones patriarcales, puede disponer de muchos más medios, y de hecho existen legiones de mujeres –y también algunos hombres- que viven de él en las propias instituciones políticas, universitarias, empresariales, judiciales, en multitud de ONGs, en organismos internacionales, en los partidos y en todos los ámbitos de nuestra vida social. No me parece nada mal, porque ¿quién va a potenciar el feminismo radical? Me temo que nadie, por eso está mucho más oculto, menos presente a ojos vista. Todavía no se ha organizado suficientemente como para seguir existiendo de modo autónomo y autofinanciado. Y no es que piense que el dinero lo es todo. Lo que es todo es la energía, y la energía son muchas cosas. Sin embargo, es el que sigue tirando del carro de modo silencioso, con ideas e iniciativas, con la experiencia personal de muchas mujeres. Constituye el espíritu del feminismo. Sin él, el movimiento estaría disecado. No sería más que un Frankenstein compuesto de partes superpuestas. Cuando la crisis apriete, saldrá a la luz. Pero no sólo la crisis económica, sino la crisis de valores de nuestra propia civilización.

CASANDRA