21.3.06

EL POLLO Y LAS PROSTITUTAS

No tengo a mano los datos exactos sobre el fastuoso prostíbulo que se está montando en Berlín para los campeonatos futbolísticos del próximo verano, pero, bueno, todos sabemos que se trata de un montaje de múltiples cabinas (con mujer dentro) que podrán recibir unos seiscientos y pico de clientes cada cuarto de hora. Es decir, que cada cuarto de hora, miles de mujeres serán asaltadas, violadas, despreciadas por un forofo lleno de rabia porque su equipo ha perdido, por un “hooligan” borracho y babeante, por un exaltado que celebra el triunfo de su equipo echándose un polvo, por un enfermo de sida o de cualquier enfermedad venérea, por un sádico, por un gilipollas, por un asesino en las guerras balcánicas, por un cura reprimido que predica la castidad, por un jovencito imberbe que se inicia de ese modo. Pasarán de incógnito la curia, los políticos, los magistrados y todos los honorables para quienes la prostitución es algo normal, cosas de hombres, un contrato de compraventa de igual a igual y esas cosas; para quienes la prostitución está justificada incluso por ese “otro” feminismo que nos considera puritanas decimonónicas a las abolicionistas.
Está previsto que miles de mujeres, de 30.000 a 50.000, van a ser arrastradas a ese festival del sexo y del oprobio más vergonzoso de nuestra historia presente con la anuencia de los políticos, los ciudadanos y, sobre todo, los proxenetas, que van a hacer su agosto. ¿Qué dice ante semejante espectáculo ese “otro” feminismo tan progre? ¿Que se trata de una oportunidad fabulosa de trabajo? ¿Que es algo semejante a la campaña de la fresa? ¿Que las condiciones sanitarias son estupendas? ¿Que ojalá cada verano se montara un festín semejante? Pues nada, estupendo ¡a trabajar! Chicas en paro ¡vaya chollo!
Lo que me tiene pasmada es que, para tranquilidad de los asistentes, en Berlín no se servirá pollo ni ninguna otra carne de ave, vaya a ser que estén contagiadas por la gripe aviar: ¡pobrecitos! Mira que si van tan contentos los chicos y vuelven con el virus puesto. ¡Vaya por dios, qué mala pata! Pero nadie ha propuesto que antes de entrar a las cabinas del placer los “clientes” se hagan un análisis…, vayan a contagiar a las pobres trabajadoras del sexo.
En fin, con este precedente, ya verán cómo proliferan las cabinas en la Champion, la liga, la vuelta ciclista, el Tour de Fracia, el Giro de Italia, Winblendon, el volei-ball playero y hasta los campeonatos de petanca o de mus. Las cifras de paro van a bajar espectacularmente. Luego los chicos exigirán igualdad de oportunidades. ¿Se lo imaginan? Yo no.

CASANDRA