24.6.07

MATERNIDAD LIBRE

MATERNIDAD LIBRE

Todas esas apasionadas soflamas a favor de la vida de los niños no nacidos, de los hijos asesinados y hasta del alma de los inocentes, suelen lanzarlas, en muchos casos, gentes que no muestran compasión alguna por los torturados en Guantánamo, los desgraciados que se pudren en Abu Grahib, los miles de contaminados por el VIH sin posibilidad de medicamentos, los otros niños famélicos de África, los refugiados (millones), los ejércitos de mujeres prostituidas por proxenetas sin corazón ni humanidad…. Los males serían ingentes, pero no, la jerarquía católica tira a matar contra la libertad de las mujeres: es su principal “obsexión”, el fundamento intocable de su moral.

La última perla vaticana ha sido el boicot contra Amnistía Internacional, debido a que esta organización ha tomado partido por apoyar el aborto en casos de violación, de incesto o de riesgo de la vida de las madres. Qué cuestión tan palmaria ¿no? Pues no, no señora, una mujer violada tiene que parir el fruto de su vientre sí o sí (como si fuera una vaca); una mujer gestante tiene la obligación de morir antes de que muera el feto; una mujer debe ser castigada con penas de cárcel o lapidación si se atreve a abortar en cualquier circunstancia o bajo quién sabe qué riesgo… Seamos objetivos: es monstruoso. ¿En qué lugar de los evangelios se dice algo parecido? ¿Cuándo Jesús habló de algo tan primario y "natural" como el sexo? Pero hay algo que ya una inmensa minoría tenemos muy claro: esta llamada Iglesia Católica nada tiene que ver con el “movimiento de Jesús”, que fue el cristianismo primigenio, y sí con aquella “religión del Imperio” inventada por Constantino a partir de la conspiración de la “secta de los obispos”, con Osio de Córdoba como asesor áulico, y como amanuense, Eusebio de Casarea. Es todo un montaje de poder que perdura. Eso no quiere decir que no pertenezcan a esa iglesia gentes de buena voluntad, pero que todavía no se han dado cuenta del gran fiasco.

Propongo que jamás las mujeres feministas volvamos a hablar del aborto, que no es más que una de las opciones posibles de un concepto mucho más amplio: MATERNIDAD LIBRE. Es lo único que tenemos que reivindicar, en positivo. Nadie puede exigirnos que una mujer deje de ser libre en uno de los aspectos más decisivos e importantes de su vida: ser o no ser madre. Justo es ahí donde la Iglesia Católica (y el resto de ellas) nos niega la capacidad de elección. ¿No es tan importante y fundamental la maternidad? ¿No es indispensable el ejercicio de la libertad para actos tan cruciales? Sin embargo, jamás han clamado contra el violador ni contra el padre incestuoso.

Bien, ya imagino al purpurado de turno con voz campanil, argumentando que nuestra libertad acaba donde empieza la del otro, en este caso se supone la del feto. Pero el feto no ha elegido nada de eso, es un elemento pasivo que posiblemente, si pudiera elegir, no vendría a este “mundo cane” ni en broma. Si hablamos de derechos, ¿cómo primar el derecho de un feto sobre el derecho de una mujer en plenas facultades? “Ah, es que ese feto posee un alma inmortal”. Pues por eso, ¿qué necesidad tiene de un cuerpo concreto? Ya vendrá en otro si quiere. Y como dicen los budistas: es posible que en esa reencarnación eligiera ser un feto sin llegar a nacer. Todo son despropósitos.

Lo único cabal, sensato y “caritativo” es que ninguna mujer tenga que sacrificar su propia vida por la imposición de la voluntad violenta de otros ni de la primacía de existencia de un feto. Pero los purpurados, si pudieran, eliminarían a las mujeres de la faz de la tierra, y con ellas el origen del mal. Mientras tanto, a tenerlas bien sujetas a su destino animal, a su destino de hembras. ¡Que no puedan volar! ¡Que no puedan ser libres!

Cuando hablo de MATERNIDAD LIBRE no estoy abogando en favor de esas descerebradas que abortan a cada rato porque su chico no quiere ponerse el preservativo o porque simplemente saben que pueden hacerlo. Por eso, yo no reivindico el aborto, que lo puede llevar a cabo cualquier insustancial. Yo apuesto por la MATERNIDAD LIBRE, que nos exige una formación y categoría personales como requisito previo para ser mujeres libres. MATERNIDAD LIBRE para que esas pobres mujeres que no lo han sido para concebir una nueva vida puedan elegir si quieren ser madres o no. Simplemente.

Otra cuestión sería: ¿quién debería responder ante esta epidemia de descerebre que nos invade? ¿No creen los purpurados que la "Educación para la ciudadanía" podría contribuir en algo a una mayor responsabilidad en esas jóvenes ciudadanas, en esos chavales fogosos y primarios? Pues no, tampoco. También esa iniciativa hay que boicotearla: todo aquello que no sea cavernícola. Todo lo que signifique libertad. Más aún si se trata de libertad para las mujeres.

CASANDRA

14.6.07

CUANDO LO IMPORTANTE SE HACE URGENTE

En la realización del programa Apolo, impulsado por el Presidente Kennedy, lo que de verdad impactó en la conciencia humana, no fue tanto la imagen de los astronautas dando saltitos ingrávidos sobre la Luna, sino la visión tan bella de nuestro planeta azul visto desde el espacio exterior. Cuando contemplamos por vez primera aquella esfera brillante, flotando en medio de la oscuridad sideral, yo creo que cambió nuestra relación con el planetaTierra.

Se trataba de una percepción que no había sido errada, ya que algo más tarde el científico espacial, James Lovelock, y la microbióloga, Lynn Margulis, formulaban la Hipóteis Gaia, que proponía la realidad de una Tierra viva, de un planeta que se comporta como un organismo. Lo más gratificante era que ese organismo vivo era nuestra Madre, nuestra Madre Tierra. No existiríamos sin Ella, pero somos tan prepotentes, tan niños malcriados, que pensamos que somos sus dueños, que es de nuestra propiedad. Concibo la propiedad privada sobre simplezas manufacturadas como un coche o una casa, pero ¿sobre la Tierra? No lo puedo soportar. Sufro cuando la propiedad privada se refiere a importantes extensiones de terreno.

Según la conciencia que tengamos de la Tierra, así será nuestra actitud política respecto a ella. Si pensamos que no es más que una fuente de recursos y de energías, seguiremos explotándola; si la consideramos como nuestro hogar, cuidaremos este entorno y seremos medioambientalistas; pero si nos consideramos engendrados por ella, como Naturaleza nosotros mismos, entonces seremos ecologistas, palabra por cierto proscrita por la política, ya que la ecología ha sido sustituída por el “medio ambiente”, es decir, que la casita propia ha pasado a ser el paradigma de la Naturaleza-Tierra. Algo parecido a la sustitución del feminismo por "políticas de género".

Lo que sucede es que hemos perdido de vista que nosotros somos también Naturaleza. Ya el ecólogo Gregory Bateson descubrió en todos los niveles de existencia, desde la Naturaleza hasta el Espíritu, una pauta que conecta. Las pinzas del cangrejo, las patas delanteras del caballo y nuestros brazos, por ejemplo, son equivalentes. Se trata de un patrón universal que hace que la gramática y la anatomía de los cuerpos no sean algo ajeno, que hace que la proporción áurea sea una constante en la Naturaleza, una proporción que ha sido copiada por el arte. El Partenón, por ejemplo, fue construido de acuerdo con esa proporción áurea, por eso es lo que es, por eso nos extasía.

Pero nosotros hemos perdido esa manera de pensar porque la ciencia ha discurrido por lógicas reduccionistas y binarias, pero también por prejuicios religiosos, seamos creyentes o no. No es lo mismo creer que la Tierra es nuestra “Mater Natura”, que nos ha engendrado y que por tanto somos de su misma naturaleza, que creer en un Dios que nos creó de la nada, “ex nihilo”, dice la teología. Aquí no hay pauta que conecte. Y más cuando ese Dios (Yáhvéh) manda dominar la Tierra, es decir, destruir a la divinidad enemiga, léase, la Diosa Madre de los filisteos, los amonitas, los egipcios, los babilonios…. O sea, Astarté, Innana, Isthar, Tiamat, Cibeles…. Dominar la Tierra y destruír a la Diosa eran acciones correlativas. Ahí sí que había una pauta que conectaba.

La conciencia de una ecología profunda debería hacernos ir evolucionando desde una política económica hacia una política ecológica: lo que supone la diferencia entre potenciar lo factible y potenciar lo viable sostenible. Aquí hemos optado por lo factible. ¿Cuántos campos de golf caben en el País Valencià? Pues eso. ¿Cuántos horribles rascacielos en Benidorm? Ni uno más: objetivo cumplido.

Sólo podemos salvar lo que amamos. No basta, pues, la protección del medio ambiente, sino la empatía ecológica, que se extiende hacia todo lo que vive, hacia la Tierra toda, que no es sólo nuestro hogar, sino nuestra madre, y no metafóricamente, sino de modo real: somos criaturas de la Tierra. Somos Naturaleza.

El siguiente paso consistiría en pasar de la ecología a la ecosofía, es decir, de una política de viabilidad ecológica a un modo de vida en armonía con todo lo viviente. Se trata de crear una conciencia de unidad, de interrelación entre las hijas y los hijos de la vida, porque, como dijo Deleuze, “el torrente de la vida no crea estructuras equívocas, sino unívocas”.

En la reciente cumbre del G-8, lo más relevante ha sido el debate sobre el nefasto escudo antimisiles, cuestión fundamental, por lo visto, para nuestra supervivencia y calidad de vida. La ecología, que para ellos son los gases contaminantes y las medusas en el Mediterráneo, pues bueno, ha quedado para otro momento: puede esperar una vez más. Primero las armas, luego… ya veremos. ¡Es tan vergonzoso que semejantes sujetos gobiernen el mundo, o sean las marionetas de los sujetos que manejan el capital!….

En estos asuntos y en el modo de abordarlos podríamos revisar lo que Kölberg definió como paradigma de la ética de la responsabilidad, atribuída a lo público, y de la ética del cuidadado, perteneciente al ámbito de lo privado y adjudicada culturalmente a las mujeres. Esta última ética es la que ha elegido el ecologismo, porque no puede existir responsabilidad que valga sin cuidado, por eso lo que acabamos de contemplar en la reunión del G-8 corresponde más bien a una ética de la irreponsabilidad en grado absoluto.

También cuando Sarkozy alardea de que con él va a desaparecer la herencia de mayo del 68, como si eso fuera una antigualla… es para ponerse a temblar, porque esa herencia es fundamentalmente el pacifismo, el feminismo y el ecologismo, que si siempre han sido importantes, ahora empiezan a ser urgentes. Pero eso no está en la agenda política de muchos gobiernos, aunque tengo que reconocer que, en este momento político, en España sí figuran en la agenda, al menos figuran.

Pero no basta que estén en la agenda política si la sociedad civil organizada no va creando una conciencia crítica en estos sentidos, porque estos movimientos vuelven a ser vanguardia precisamente por la urgencia que supone un planeta degradado, unos países en continuas guerras, una situación de opresión y exclusión de las mujeres en el mundo, que al mismo tiempo siguen siendo el motor de la humanización, de la civilidad. Sin su enorme compromiso con la vida, muchos países y millones de seres humanos habrían desaparecido.

De todos modos, apunto que el feminismo supone también un pacifismo y un ecologísmo implícitos, pero el pacifismo y el ecologismo nunca han incluido al feminismo en sus presupuestos básicos, algo que deberían pensarse. Precisamente, si alguien ha estado y está en la brecha de la lucha contra un sistema de violencia estructural que se llama Patriarcado, cuyos pilares se han basado en la explotación de la Naturaleza, en la guerra y en la dominación de las mujeres, ése ha sido el movimiento feminista.

No sé si es políticamente correcto hablar de pacifismo, de feminismo, de ecologísmo, pero creo que ya es hora de pasar de lo políticamente correcto a lo humanamente relevante. Lo que sucede es que esos movimientos también han de dar un salto cualitativo porque deben abandonar de una vez la falsa perspectiva de que son minoritarios colectivos ciudadanos, para tomar conciencia de su responsabilidad de liderar los intereses urgentes y reales de toda la humanidad, aunque esos intereses y necesidades duerman latentes en medio del bullicio, de todo este ruido del día a día, del desarrollismo descerebrado e interesado, de nuestros intereses inmediatos…. De tantas cosas que nos hacen olvidar lo que importa. Porque, además, lo que importa, lo importante, ha devenido YA cuestión urgente.

CASANDRA


Estos apuntes me sirvieron para presentar recientemente en Sevilla la Asociación “Mujer y Naturaleza”.