8.3.12

NOTA APRESURADA DEL 8 DE MARZO

Muy buenos y femeninos días.
Mientras continúe habiendo personas e ideologías como la del ministro Gallardón, las mujeres tendremos que seguir conmemorando -que no celebrando- la fecha del 8 de marzo con un carácter reivindicativo. Lo que sucedió en esta fecha de 1909 fue que 129 mujeres protestaron por sus condiciones laborales en una fábrica de camisas de Nueva York. El patrón, sin cortarse un pelo, cerró la fábrica y la quemó con las mujeres dentro. Normal ¿para qué andarse con tonterías?
Gallardón sale ahora con la extravagancia de que las mujeres sufrimos una violencia estructural que nos obliga a abortar. Y él, cual llanero solitario, nos va a liberar volviendo al oscurantismo de los tres supuestos, que han de pasar por un tribunal de la inquisición desde el que podrán opinar el médico, el párroco, el juez, el novio,el padre, uno que pasaba por allí y hasta el guardia de la esquina. Todos menos la mujer, a quien se le niega su derecho a elegir si ser madre o no. Y si se quiere resolver el problema del aborto, que se obligue a todos los varones a usar preservativo en sus relaciones heterosexuales, salvo permiso expreso de la interfecta. Eso no ¿verdad? Pues menos lobos, caperucito.

7.3.12

CARTAS A LA NADA SIDERAL

CARTA A LA MINISTRA DE EMPLEO

Sra. Ministra de Empleo: No creo que llegue usted jamás a leer esta carta. Anda demasiado ocupada tratando de recolocar a los cerca de seis millones de parados que figuran en España, así como de contentar a los cien mil hijos de San Luis que regentan tanto empresas, negocietes, pelotazos, chiringuitos, encomiendas, corporaciones, agencias, firmas, industrias, sociedades, compañías, fundaciónes 'sinónimo de lucro', señoritos de las Sicav, como presidentes y consejos de bancos y bancas diversos.
Mi viejo murió de silicosis y yo voy por la tercera neumonía con esto del carbón. Lo que pasa es que esta última ha traspasado la línea roja, esa que usted ha dibujado de la mano de la CEOE, que, según dicen, es nuestro gobierno en la sombra. Mi última gripe, en la que consumí cinco días de baja, se me ha complicado con esta afección que me ha postrado, con la mala suerte de llevar cuatro jornadas, el límite de las que puede consumir mi cuerpo enfermo de acuerdo con los intereses de la empresa. ¡Vaya! Mi mujer ha ido al médico por la baja y se niega a dejarme salir de la cama, por más que le explico que ahora no importa lo que digan los médicos, que aquí quien dice y deja de decir es el patrón, como antes, como siempre.
Tal vez, señora Ministra, hayamos vivido una alucinación colectiva de cierto bienestar, de dinerito en la cartera, de coche y vacaciones en Benidorm, de chiquitos los sábados con los amigos, de risas y cierta felicidad. Tal vez. Se nos había olvidado que los trabajadores hemos venido a currar, que nunca podremos vivir como el patrón ni siquiera desearlo porque luego pasa lo que pasa.
Mañana vuelvo a la mina, con fiebre, con mi tos a cuestas, con esta flojera que no me tengo, pero no me puedo permitir que me echen y nos quedemos en la calle con los chavales y la hipoteca. Los sindicatos ya no pintan nada.
Comprendo sus desvelos por esos señores tan importantes, pero no podré perdonarle nunca la dosis de crueldad de su nueva ley, aunque 'nunca' sea el mes que dure en una cama de pasillo en el hospital comarcal.
Con mis respetos, un afectado por su reforma laboral.