26.7.13

LO PÚBLICO

Tras el funesto accidente de Santiago de Compostela, el Presidente de Galicia ha soltado algo así como que en los momentos trágicos se comprueba la grandeza de un pueblo. Ya. De acuerdo, pero más vale que se calle. Al instante mismo de descarrilar el tren, fueron los vecinos de la aldea de Angrois los que acudieron a colaborar con las víctimas. Inmediatamente aparecieron ambulancias, helicópteros, policía, bomberos, que estaban en huelga, pero que se olvidaron de ella. Inmediatamente los hospitales se llenaron de personal sanitario que acudió sin ser llamado. Daba igual que estuvieran de vacaciones, a cientos de kilómetros, o bien, de paso por Galicia. Fue increíble. Igual sucedió con los psicólogos voluntarios o los forenses. Y no digamos con la ciudadanía, que acudió en masa a donar sangre, sobre todo los jóvenes. Vinieron hasta de Extremadura, a 1.200 kilómetros de distancia. Me emocionó comprobar cómo el ser humano no es un lobo para el otro (Hobbes), ni que la evolución se deba al triunfo del más fuerte (Darwin/Huxley) o que lo más eficaz sea nuestro ‘gen egoísta’ (Hawkins). Existe un VÍNCULO secreto entre todo el género humano que es el que nos ha hecho sobrevivir. Son algunos tarados –que normalmente se hacen con el poder- los que se empeñan en destruir este vínculo porque les hace más poderosos y menos humanos, pos supuesto.
         Pues sí, señor Presidente de Galicia y de España, la atención tan eficaz, tan generosa, tan solidaria y tan emocionante ha sido posible por lo que queda de nuestros servicios públicos, los que hemos levantado durante cuarenta años. Esas son las gentes que han hecho posible esa PROFESIONALIDAD SOLIDARIA tan fuerte, tan potente, tan ejemplar, tan humana.

         Hoy, antes de dos días después de este horror y de esta hazaña ciudadana y de los servicios públicos, se reúne el Consejo de Ministros para seguir privatizando y desmantelando lo nuestro, LO PÚBLICO. Lo siento, pero no nos merecen. No están a la altura: ¡VÁYANSE!