7.3.12

CARTAS A LA NADA SIDERAL

CARTA A LA MINISTRA DE EMPLEO

Sra. Ministra de Empleo: No creo que llegue usted jamás a leer esta carta. Anda demasiado ocupada tratando de recolocar a los cerca de seis millones de parados que figuran en España, así como de contentar a los cien mil hijos de San Luis que regentan tanto empresas, negocietes, pelotazos, chiringuitos, encomiendas, corporaciones, agencias, firmas, industrias, sociedades, compañías, fundaciónes 'sinónimo de lucro', señoritos de las Sicav, como presidentes y consejos de bancos y bancas diversos.
Mi viejo murió de silicosis y yo voy por la tercera neumonía con esto del carbón. Lo que pasa es que esta última ha traspasado la línea roja, esa que usted ha dibujado de la mano de la CEOE, que, según dicen, es nuestro gobierno en la sombra. Mi última gripe, en la que consumí cinco días de baja, se me ha complicado con esta afección que me ha postrado, con la mala suerte de llevar cuatro jornadas, el límite de las que puede consumir mi cuerpo enfermo de acuerdo con los intereses de la empresa. ¡Vaya! Mi mujer ha ido al médico por la baja y se niega a dejarme salir de la cama, por más que le explico que ahora no importa lo que digan los médicos, que aquí quien dice y deja de decir es el patrón, como antes, como siempre.
Tal vez, señora Ministra, hayamos vivido una alucinación colectiva de cierto bienestar, de dinerito en la cartera, de coche y vacaciones en Benidorm, de chiquitos los sábados con los amigos, de risas y cierta felicidad. Tal vez. Se nos había olvidado que los trabajadores hemos venido a currar, que nunca podremos vivir como el patrón ni siquiera desearlo porque luego pasa lo que pasa.
Mañana vuelvo a la mina, con fiebre, con mi tos a cuestas, con esta flojera que no me tengo, pero no me puedo permitir que me echen y nos quedemos en la calle con los chavales y la hipoteca. Los sindicatos ya no pintan nada.
Comprendo sus desvelos por esos señores tan importantes, pero no podré perdonarle nunca la dosis de crueldad de su nueva ley, aunque 'nunca' sea el mes que dure en una cama de pasillo en el hospital comarcal.
Con mis respetos, un afectado por su reforma laboral.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Victoria, envía esta carta a los periódicos... me gustaría verla publicada.

Yo fuí alumna tuya. Sin embargo es hoy cuando te considero más maestra que nunca...