10.2.08

EL GRAN CAPITAL

EL GRAN CAPITAL

Aunque me tachen de incendiaria, no voy a arremeter hoy contra el botín que se están llevando los bancos en plena desaceleración, estancamiento o recesión económica. No voy a hablar de los manejos financieros de hundir las bolsas para comprar barato y luego resurgir de las cenizas, tampoco del Club Bilderberg, de la mafia china ni del imperio Putín. No, hay no toca, como diría el muy honorable.

Lo que quiero significar con este título es que estoy hartíiiiiiiisima de que los políticos nos engatusen con el “vil metal” o el vil papel como si todos los problemas se pudieran solucionar con un puñado más de euros. Ya sé que el dinero ayuda…., depende a qué, pero no es eso. Queremos arreglar con dinero todo nuestro despilfarro en CAPITAL HUMANO. Es éste el auténtico capital que estamos desperdiciando. ¿Cómo podemos presumir de ser la octava potencia económica del mundo y estar a la cola en educación? Significa que no hemos entendido nada de nada.

Hemos apostado por el ladrillo a tumba abierta, pero en los foros se habla de “la sociedad del conocimiento”; queda muy bien perorar sobre “la tercera modernización” mientras que la burocracia asfixia cualquier proyecto ciudadano un poco interesante. El folklore político sólo invierte en espectáculo.

Claro que CAPITAL HUMANO también son las gentes de la inmigración, a las que el PP quiere examinar para “integrar” a través de “una declaración jurada de ni rechistar ante la explotación laboral, el certificado de máster de pasodoble y cantar el himno del madrí” (Forges dixit) Por supuesto que es un chiste, pero lo que dijo Pizarro en un mitín, respecto a las costumbres españolas, no lo es. Por ejemplo, que costumbre española es “no robar”, él, que se ha forrado con la privatización de una empresa pública gracias a los favores políticos del PP. Ayer sábado declaraba Ken Loach, a propósito de su película “En un mundo libre”: “Para ganar mucho dinero hay que cometer ilegalidades”. Me temo que sí. Además, ¿quién le ha dicho a Pizarro que no robar es una costumbre española? Ya. Es que robar para ellos es el típico tirón en el Rastro, pero el saqueo financiero, por ejemplo, no es más que ingeniería inteligente.

Por favor, señores políticos, no nos ofrezcan bajar los impuestos, pues eso significa que, paulatinamente, la buena sanidad y la buena educación sólo se la podrán “pagar” los ricos o que las pensiones se esfumarán en los beneficios bancarios. ¿Qué sentido tiene dedicarse a la política para acabar con lo público? Más que sentido es un sinsentido. Ese tipo de políticos no son más que topos de la empresa privada, del gran capital del dinero. Esa política en este convulso siglo XXI está llamada a desaparecer.

Sólo le pido a la izquierda, si no es mucho pedir, que piensen más en el CAPITAL HUMANO, y que con esos superavits de la caja común hagan más escuelas, un profesorado más cualificado, más hospitales, mejor medicina preventiva, guarderías bien dotadas en personal y medios, más investigación en bienestar humano; que inviertan en equilibrar el medio ambiente, en transportes limpios, en centros culturales y deportivos, en centros de día para la gente mayor….. No queremos dinero, queremos servicios. ¿Es mucho pedir?

CASANDRA

4.2.08

¡ NO PASARÁN!

No me quiero poner en plan guerracivilista, pero, como todo tiene un límite, creo que ha llegado el momento de pegar un puñetazo encima de la mesa y encarar esta situación de la ofensiva neocon y teocon con un ¡NO PASARÁN!

Madrid, como siempre, se ha convertido en esa escollera en la que todas las olas de la intransigencia, el oscurantismo, la especulación, las corrupciones, la involución o el nacionalcatolicismo están desmoronando. El rompeolas mismo de la democracia y de la libertad. Si se destruye, volveremos a la caverna que siempre nos amenaza a las gentes de esta España eterna. ¡Qué rollo¡

Yo sólo estoy dispuesta a dejarme el pellejo por una cosa: por la libertad. Y este oscurantismo que nos amenaza tira a dar precisamente ahí. Para la derecha política la libertad no es más que la libertad de mercado, y la “educación para la ciudadanía” un comecocos que desviaría a nuestros jóvenes del recto camino del consumismo, de la privatización, de la especulación y del cumplimiento de sus deberes dentro de la “familia cristiana”, la única verdadera. Se trata de una opción política que no sé por qué la llaman política cuando sus intereses más acendrados son simplemente privados, personales, individualistas. Si la política es la gestión de lo público para la “polis” ¿qué demonios pueden representar semejantes personajes que quieren disolver lo público, exaltar lo privado y enriquecerse como máximo logro vital? Miren a Aznar, representante financiero de uno de los fondos internacionales de inversiones más sucios y criminales. ¡El prócer intocable! Miren a Rajoy, proponiendo como su segundo a la quintaesencia del capitalismo salvaje como si un país fuera una multinacional y los ciudadanos sus accionistas. ¡Qué de dislates ¡

Completando el akelarre “neo-teo.con”, los purpurados crecidos, hinchados, insolentes, ridículos… ¡qué digan misa ¡ Eso, que digan misa y nos dejen en paz. Pero no, ellos quieren guerra y sumisión y miedo y obediencia ciega. La unión de esos dos frentes atenta de modo muy serio a nuestra propia civilización como humanos. Y no lo digo en broma.

Sin embargo, con este panorama, lo que me saca de quicio es el “buenismo” del que hace gala nuestro Gobierno, así como la pasividad entontecida de los demócratas progresistas del país. Después de las declaraciones obispales, el desmantelamiento de la sanidad pública de Aguirre, la corrupción estructural del Ayuntamiento de Madrid, los ataques a las clínicas que interrumpen el embarazo dentro de la ley, la acusación de genocida al Dr. Montes, las agresiones a feministas connotadas (Vito) y el peligro de que semejante contubernio pretenda gobernarnos, me reafirmo en dar el puñetazo en la mesa y lanzarnos a la calle, exigiendo al gobierno un Estado laico de una puñetera vez, así como el retirar las competencias de los gobernantes autonómicos que están privatizando y destruyendo el territorio de todos. Para empezar, las de Madrid. Ahí va a ser la madre de todas las batallas. ¡NO PASARÁN ¡

CASANDRA

¡ NO PASARÁN !