La pobre Casandra no hacía más que pronosticar desastres, como la caída de Troya, pero nadie le hacía caso, ya que Apolo se había vengado de ella, de modo que apareciera ante el pueblo como una loca agorera que no sabía lo que decía. Espero que me leais sin los prejuicios de los troyanos respecto a Casandra.
23.3.08
Y AHORA ¿QUÉ?
Sin embargo, tengo el sentimiento de que haber ganado no basta. Ahora menos que nunca va a ser suficiente "esta democracia" de votar y "a otra cosa, mariposa". Nos estamos jugando mucho más de lo que podemos barruntar porque hay cosas que han llegado a un límite: el equilibrio ecológico, el dominio de las religiones y la violencia contra las mujeres. Todo esto envuelto en una crisis económica, amenazas de guerras nucleares y corrupción a gran escala.
CASANDRA
7.3.08
ME CAMBIO DE NOMBRE... ¿O NO?
ME CAMBIO DE NOMBRE …¿O NO?
Lo que faltaba: ahora resulta que la niña de Rajoy se llama Victoria. La verdad es que se trata de un nombre sospechoso en las españas, y más para algunas generaciones de después de la guerra incivil. Pero no, no es mi caso, aunque mis padres eran de derechas -¡faltaría plus! - el nombre me venía de mi bisabuela, Victoria Arano Gallastegui, que se llamaba así por haber nacido un 23 de diciembre, según costumbres del norte. Y ahora va Rajoy y decide bautizar así a su nena. ¿No iba a ser Esperancita? Yo creo que le va mucho más porque la esperanza es lo último que se pierde, como le pasó a Pandora, y van a necesitar mucha esperanza, que viene de esperar. A ver si de ésta aprenden a esperar un poco sin que les dé un sarampión virulento que nos han querido contagiar al resto.
Propongo crear un cantón independiente para que si pierde el PP puedan jugar a las casitas del gobierno, con Vicky de ciudadana, Rajoy de papá presidente, Acebes de ministro plenipotenciario ante la santa sede (¿por qué le llamarán santa?), Zaplana de urbanismo total y Aguirre de presidenta del parlamento y partido único del cantón independiente.
Si ganan, prometo solemnemente cambiarme de nombre, aunque sólo sea por la chufla. Lo malo es que el segundo, Leonor, iba a sonar a peloteo monárquico, pero lo aceptaría en recuerdo de Leonor de Aquitania. Ojalá que pueda seguir con el nombre de siempre: ya me estaba acostumbrando.
CASANDRA