11.2.06

LOS DESEOS DEL GÉNERO MACHO

Desde ahora ya no pienso nombrar a los hombres por el sustantivo que los denota, dado que nosotras hemos quedado reducidas al “género”: violencia de género, perspectiva de género, estudios de género, trabajo de género, programas de género y otro montón de incontables chorradas de género.
Hecha esta salvedad, añadiré que tengo un cabreo de género importante (y perdón por el tono un poco grosero, pero nos entendemos) Acabo de ver uno de los tantos programas televisivos sobre la prostitución, un tema ahora en candelero por la regularización de esta vergüenza que quiere llevar a cabo la Generalitat de Catalunya. No regulan los precios de la vivienda ni a los depredadores (perdón, promotores) de la especulación urbana, ni piensan regular los beneficios escandalosos de la banca, ni van a regular ya las tarifas de los servicios básicos de electricidad, teléfono, agua, transporte, etc., pero, eso sí, sienten la necesidad imperiosa y urgente de regular la prostitución y darle carta de legitimidad y legalidad social. ¡Adelante!
Si yo necesitara irme de putos con cierta asiduidad, o una vez en la vida, tanto da; si no sintiera la necesidad de controlar mi ira contra los más débiles; si no fuera capaz de poner límites a mi ansia de riqueza material, de poder o de prestigio; si las conversaciones con mis amigas y compañeras giraran en torno al fútbol y al sexo; si consintiera en tener a mi marido como esclavo del hogar y de la familia; si pudiera pasarme días enteros sin ver ni hablar con mis hijos, me sentiría un ser despreciable, ínfimo, repugnante y, tal vez, me suicidaría. .. si es que para entonces me quedara un ápice de dignidad. Por el contrario, una parte notable del género macho hace todo esto y siguen siendo seres respetables, poderosos, admirados, con prestigio y con corbata. Sobre todo con corbata, que si no parecerían unos cualquiera. ¿Qué oculta esa ridícula corbata que ninguno de los respetables se arriesga a desterrar, cuando se atreven a todo lo demás?
Al hablar del género macho en este sentido, espero que no todos se sientan concernidos, como yo no me siento tal al escuchar eso del género en femenino.
La gran trampa que el Patriarcado esconde consiste en que todo ha sido organizado para que el género macho pueda realizar – sin pudor, sin vergüenza, sin culpa, sin desprestigio y dentro de la legalidad- todos sus más repugnantes deseos y seguir alimentando hasta reventar un imaginario impotente, insensible, inhumano. No otra cosa desvela el tema de la prostitución, de la violencia, del enriquecimiento voraz, y hasta de la pasión descontrolada por el maldito fútbol.

Cuando nosotras debatimos sobre las “pobres prostitutas”, en realidad nos estamos limitando a mirar el dedo que apunta a la luna. “Se trata de su deseo, estúpida”. ¿O es que no te enteras? ¿Nos estaremos convirtiendo en el género tonto?

CASANDRA