MOVIMIENTO 15 DE MAYO

Mayo nos trae la primavera más florida y, de vez en cuando, una rebelión juvenil, una revolución generacional.
Dios siempre ha sido de derechas, pero, por una vez, se está cambiando de chaqueta. Ha tenido que haber un terremoto para comprobar que el Estado, como garante del bien común y nada más, es necesario. Ni los bancos ni el FMI ni los financieros han estado ahí, en Lorca. Ahí han estado la ciudadanía, el voluntariado, los recursos estatales de todos. Recursos que no funcionaron en el terremoto de L'Aquila en Italia ni en Nueva Orleans ni en Haití, que siguen desoladas. Sin embargo, este terremoto también ha puesto de manifiesto el tipo de construcción especulativa en España, por la que edificios de pocos años de antigüedad se desploman al primer embite de grúa.

Ha tenido que denunciar una camarera de Gana a uno de los hombres más poderosos del planeta para evidenciar quiénes son algunos de los que dirigen nuestra política económica. Una política contra la que Islandia ya se ha rebelado. Ni Grecia ni Portugal ni Irlanda se tendrían que haber arrodillado ante el poder económico con perjuicios múltiples para su ciudadanía.

Tal vez el movimiento 15 de mayo de 'DEMOCRACIA REAL YA', impida el rescate que planea sobre España. Lo han entendido perfectamente como indica alguna de sus pancartas: 'MANOS ARRIBA: ESTO ES UN RESCATE' o 'TODOS SOMOS ISLANDIA'.
Ellos han recuperado la esencia real y originaria de la democracia: lo asambleario, traducido en la consigna: 'EL SECRETO ESTÁ EN LA MASA'. Y también han puesto en evidencia el teatro de las elecciones entre partidos que sólo aspiran al poder partidario y personal: 'SE VENDE MOTO: 22 DE MAYO'. ¡Qué distintos a esos jóvencitos repeinados que agitan banderitas y acuden a los actos electorales para hacer la ola al 'boss'!
La presencia de las chicas también se ha hecho notar: 'ESTAMOS HASTA LOS OVARIOS DE VUESTROS SALARIOS' o 'ESTAMOS HARTAS DE ESTAR HARTAS'. ¡Fuera victimismos!
Me gusta mucho que la imagen de una Madrid 'facha' esté mostrando un nuevo rostro frente a tanta misa y tanto obispo y tanto pro-vida manifestándose, que no se oponen a las guerras ni a la pena de muerte ni a la hambruna en el mundo. Al menos de modo colectivo.

Si mi generación cambió radicalmente las costumbres, ciertos valores y la moralina social, el movimiento de hoy intenta rescatar la democracia, la libertad y la vida digna. La verdad es que comparando este movimiento con los de los jóvenes airados que piensan más en independencias nacionales que en la libertad de todos me parece un salto cualitativo. Y esto sin descalificar cada una de las luchas. Qué diferentes estas manifestaciones y consignas a los efluvios tribales por la subida del Betis a primera división.
Algo importante : están levantando un muro ante el propósito de una 'mano negra' que intenta sumergirnos en una nueva 'época feudal'.
Lamentable que algunos comentaristas alerten contra supuestas manipulaciones, negando su espontaneidad, para que todo siga igual. Lamentable también la utilización de los partidos en su beneficio. Que cada palo aguante su vela. Muchos de los estudiantes que participan tendrán un nuevo frente en el Plan Bolonia, que los quieren adiestrar y domesticar para que se adapten a un mundo futuro que no les gusta, que no nos gusta a una minoría cargada de razones.
La soberanía popular es el único camino viable y sostenible.