Después de comprobar el fracaso de la convocatoria sindical en España, y después de haber hecho un seguimiento de la trayectoria de los mismos y lo poco que significan para la sociedad, me planteo que como ‘clase política’ tiene que ser necesariamente renovada, sacudida, podada y dada la vuelta como un calcetín. No es tolerable que existan 300.000 liberados y consigan tan pocas cosas que no sean para ellos mismos. Viven para mantener su chiringuito. Tampoco ellos vieron la crisis ni la paliaron ni han conseguido del Gobierno recortes a ‘los ricos’, en lugar de cebarse en los de siempre. Lo primero que habrían de recortar es ese chorreo de dinero para mantenerlos. En definitiva: son un desastre. Se han convertido en unos burócratas, que –representando a los trabajadores- no hacen más que vaguear y bla, bla, bla. Habrá algunos que trabajen y que se lo crean, pero trabajan mal, muy mal. Casi ninguno de ellos sería mantenido en una empresa.
Ahora mismo, más que representar a los ‘trabajadores’, entre los que están, por ejemplo, los controladores aéreos, mientras que a los parados nadie los representa, tendrían que representar a la parte más débil de la sociedad. Ellos sólo quieren estar en el ‘staff’ de las empresas y pasearse de reunión en reunión. La mayoría han subido de estatus y nada más.
Y no digamos respecto a las reivindicaciones y necesidades de las mujeres. Ni siquiera han conseguido guarderías en los lugares de trabajo, que sería fundamental. No han tenido en cuenta la formación continua para integrarlas en empleos de calidad, no han potenciado la economía social, que es la única que está creando empleos en España a iniciativa de los propios trabajadoras y trabajadores.
En fin, que lo que propongo es la creación de un ‘Sindicato de Mujeres’ y se olviden de estos líderes y estos liberados que viven de la ‘sopa boba’. No quiero decir un ‘Sindicato de Género’ porque eso estaría llamado a convertirse en la típica ‘burocracia del género’. A un país lo salvan sus mujeres.
