EL GRAN CAPITAL
Aunque me tachen de incendiaria, no voy a arremeter hoy contra el botín que se están llevando los bancos en plena desaceleración, estancamiento o recesión económica. No voy a hablar de los manejos financieros de hundir las bolsas para comprar barato y luego resurgir de las cenizas, tampoco del Club Bilderberg, de la mafia china ni del imperio Putín. No, hay no toca, como diría el muy honorable.
Lo que quiero significar con este título es que estoy hartíiiiiiiisima de que los políticos nos engatusen con el “vil metal” o el vil papel como si todos los problemas se pudieran solucionar con un puñado más de euros. Ya sé que el dinero ayuda…., depende a qué, pero no es eso. Queremos arreglar con dinero todo nuestro despilfarro en CAPITAL HUMANO. Es éste el auténtico capital que estamos desperdiciando. ¿Cómo podemos presumir de ser la octava potencia económica del mundo y estar a la cola en educación? Significa que no hemos entendido nada de nada.
Hemos apostado por el ladrillo a tumba abierta, pero en los foros se habla de “la sociedad del conocimiento”; queda muy bien perorar sobre “la tercera modernización” mientras que la burocracia asfixia cualquier proyecto ciudadano un poco interesante. El folklore político sólo invierte en espectáculo.
Claro que CAPITAL HUMANO también son las gentes de la inmigración, a las que el PP quiere examinar para “integrar” a través de “una declaración jurada de ni rechistar ante la explotación laboral, el certificado de máster de pasodoble y cantar el himno del madrí” (Forges dixit) Por supuesto que es un chiste, pero lo que dijo Pizarro en un mitín, respecto a las costumbres españolas, no lo es. Por ejemplo, que costumbre española es “no robar”, él, que se ha forrado con la privatización de una empresa pública gracias a los favores políticos del PP. Ayer sábado declaraba Ken Loach, a propósito de su película “En un mundo libre”: “Para ganar mucho dinero hay que cometer ilegalidades”. Me temo que sí. Además, ¿quién le ha dicho a Pizarro que no robar es una costumbre española? Ya. Es que robar para ellos es el típico tirón en el Rastro, pero el saqueo financiero, por ejemplo, no es más que ingeniería inteligente.
Por favor, señores políticos, no nos ofrezcan bajar los impuestos, pues eso significa que, paulatinamente, la buena sanidad y la buena educación sólo se la podrán “pagar” los ricos o que las pensiones se esfumarán en los beneficios bancarios. ¿Qué sentido tiene dedicarse a la política para acabar con lo público? Más que sentido es un sinsentido. Ese tipo de políticos no son más que topos de la empresa privada, del gran capital del dinero. Esa política en este convulso siglo XXI está llamada a desaparecer.
Sólo le pido a la izquierda, si no es mucho pedir, que piensen más en el CAPITAL HUMANO, y que con esos superavits de la caja común hagan más escuelas, un profesorado más cualificado, más hospitales, mejor medicina preventiva, guarderías bien dotadas en personal y medios, más investigación en bienestar humano; que inviertan en equilibrar el medio ambiente, en transportes limpios, en centros culturales y deportivos, en centros de día para la gente mayor….. No queremos dinero, queremos servicios. ¿Es mucho pedir?
CASANDRA