19.5.08

VIVIR DE OTRA MANERA

VIVIR DE OTRA MANERA

Como todo el mundo, alguna vez en mi vida he leído predicciones astrológicas, llamados horóscopos. Y en una ocasión leí una frase que se me quedó grabada. Se refería al paso de Urano, que por lo visto es el planeta del cambio. Decía así: “Cuando Urano llama a la puerta, si no la abrimos, la echa abajo”. Es una sentencia que ha acudido a mi mente una y otra vez en los últimos tiempos.

Se venía venir: Urano estaba llamando a la puerta de manera insistente, hasta que la ha reventado. Y ha hecho bien: a ver si nos enteramos. La puerta es un tipo de economía que estaba campando por sus respetos, a su aire y a lo loco. Tal vez en sintonía con aquel bolero de “A mi manera”. Más que economía, que significa la administración sabia de la casa, se trataba de una voracidad desmedida de enriquecimiento. El ladrillo, el cemento, los promotores, el urbanizador, los ayuntamientos, los concejales de urbanismo, los otros, los partidos, las diputaciones, los sindicatos, los constructores, los proveedores, los bancos, los compradores y vendedores andábamos girando como locos en torno a una espiral de “pan para hoy y hambre para mañana”. Ya ha llegado el hambre, el pinchazo de la burbuja. Que esto funcionara así indefinidamente no se le podía ocurrir “ni al que asó la manteca”.

Contemplar esos enriquecimientos fulgurantes, la desobediencia ilegal de los ayuntamientos, la chirigota ante las sentencias, el mirar para otro lado de las administraciones varias, el petardazo de Marbella, la subida indefinida de los precios, los pisos y pisos vacíos, las hipotecas draconianas y de por vida por tanto y tanto cuchitril, adosados, colmenas y alto standing no podían augurar nada bueno. Ahora, el paro, los morosos, el “crash” de agencias inmobiliarias y de empresas constructoras, las tragedias personales, las incautaciones, la destrucción del paisaje, del medio ambiente, la falta de agua…. Los constructores, que se han enriquecido hasta límites obscenos, siguen insaciables y quieren que el Gobierno se implique en sus negocios con los fondos reservados a pensiones. ¿Qué más tienen que ver para que se les abran los ojos? De momento, el Ministro de Economía ha dicho que no: esperemos que sea verdad y que sea firme su negativa. De lo contrario tendremos que reventar más puertas, no Urano, sino los ciudadanos.

Sin embargo, toda esta debacle podría servirnos para empezar a VIVIR DE OTRA MANERA. Es decir, de modo mucho más austero, sin ambiciones tan materialistas, con otra representación mental del mundo y de la vida, de forma más solidaria. Y no estoy hablando en nombre de un “buenismo” estúpido, sino de la sensatez y de una lógica vital. Pero esto no será efectivo si la política no da un giro importante, porque no puede ser que la ciudadanía cargue con las penalizaciones y la administración siga con sus dispendios y boatos.

El pinchazo de la siguiente burbuja puede referirse a las propias estructuras políticas que han permitido este desastre. Los políticos tendrán que diversificar las inversiones y las fuentes de riqueza. No puede existir semejante desequilibrio entre los tres sectores como en España, volcada al terciario: explotó la gallina de los huevos de oro. Ni tampoco pueden seguir viviendo como si fueran ricos en un país pobre o no tan rico. El Ministerio del ramo ya ha tenido que advertir a los nuevos ministros y ministras que ojo con los asesores, gabinetes y más chuminadas para nada, más que para “colocar” a sus amiguetes. No es de recibo los informes encargados y pagados a precio de oro por la Generalitat de Catalunya sobre cosas tan inverosímiles como el ciclo del cangrejo en el delta del Ebro o la seguridad en la China. ¡Y qué decir de las fundaciones y “think tank” sacadas de la manga! Cementerios de elefantes y empresas de colocación para los miles de colgados adscritos a los partidos. ¿Nuevo modo de financiación?

Aviso de que la ciudadanía ya está empezando a estar harta de estos dispendios y de que los que tengan que apretarse el cinturón sean siempre los mismos. El movimiento ciudadano ya empieza a sospechar de los tejemanejes partidarios que sólo les permiten un ir tirando miserable con las migajas de las subvenciones, que nunca llegan a tiempo y retrasan o aniquilan los proyectos “sin ánimo de lucro”, mientras florecen como las amapolas los de “con ánimo de lucro”. En fin, que Urano ya está golpeando también esta puerta. ¿La solución? El cambio. Un cambio honesto y evolutivo. No está el mundo para tonterías.

CASANDRA